Reseña:

Rodrigo Barrenechea y Alberto Vergara [eds.].

Democracia asaltada. El colapso de la política peruana

(y una advertencia para América Latina).

Lima: Fondo editorial de la Universidad del Pacífico,

2024, 334 pp. ISBN: 978-997-257-534-1.

 

 

Willian Hernández

Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

https://orcid.org/0000-0002-5923-9169

william.hernandez.h@upch.pe

doi: 10.46476/ra.v5i2.212

 

 

En octubre de 2024 Dina Boluarte era señalada como la gobernante más impopular del mundo (Hurowitz, 2024). Poco después una encuesta exponía el descenso de su aprobación a un 3 % (Datum, 2024) que seguramente no ha conocido ningún mandatario peruano contemporáneo. A esto acompañaba el 6 % de aprobación del poder legislativo (IEP, 2024). Con un rechazo tan marcado no se entiende cómo este régimen ha podido mantenerse en pie. La obra colectiva editada por Alberto Vergara y Rodrigo Barrenechea, Democracia asaltada. El colapso de la política peruana (y una advertencia para América Latina) (Universidad del Pacífico, 2024) echa luces sobre este particular fenómeno.

El libro analiza el proceso reciente de descomposición de la democracia peruana. La obra reúne un conjunto de trabajos que analizan este fenómeno teniendo como guía el concepto de “vaciamiento democrático”. De acuerdo con esta propuesta la democracia peruana se deteriora en dos aspectos fundamentales: la función de la representación y el mantenimiento del Estado de derecho. Pero el libro no está restringido por el contexto inmediato. Por el contrario, muchos de los trabajos que lo componen se distancian enfáticamente de la idea de que la actual crisis política se inició en 2016. La descomposición de los partidos, la carencia de élites políticas, la falta de proyección a futuro, la intervención de intereses extrapolíticos y el divisionismo social son problemas con antecedentes. No obstante, también es cierto que algo particularmente nuevo está ocurriendo. Barrenechea y Vergara analizan esta novedad desde las coordenadas señaladas: la disolución de la representación y la perforación del Estado de derecho. La combinación de estos factores da lugar al “vaciamiento de la democracia”.

La representación, como explican los editores, no consiste meramente en asumir un cargo en nombre de los electores. Es una relación fundamental entre políticos y ciudadanos. Se espera de los partidos y los políticos la articulación de las demandas ciudadanas en políticas públicas. Sin embargo, la crisis de partidos, la falta de nuevas élites subnacionales representativas, la formación, despliegue y multiplicación de prácticas políticas informales que refuerzan este escenario han debilitado la representación en general. La crisis de representación ha ido más lejos de la desconexión entre ciudadanos y políticos. Estos han desaparecido y con ello el poder se ha disuelto. Esto se puede apreciar en la fragmentación del voto, la paradójica normalización de políticos outsiders y la desvinculación de los políticos con respecto a los ciudadanos a quienes deberían rendir cuentas.

Por otro lado, el Estado de derecho consiste en el imperio de la ley. Es lo que regula las relaciones sociales y económicas en una democracia y la previene de la arbitrariedad del poder político. Pero, en la primera década del siglo XXI, como consecuencia del boom económico, el Estado redujo su función regulatoria. En estas circunstancias, sostienen los editores, determinados sectores socioeconómicos (legales, informales e ilegales) fueron capaces de acumular recursos para someter a actores estatales en beneficio de sus intereses. Esta perforación del Estado de derecho no persigue la implantación de un determinado régimen, sino incapacitar la función regulatoria del Estado. Lo más desalentador es que esto ocurre en un contexto social de crecimiento de la informalidad y un sentido común extendido de que la regulación estatal es más perjudicial que positiva.

En síntesis, en las dos últimas décadas la representación fue vaciada de contenido y el Estado de derecho fue perforado. La combinación de estos factores explicaría la evidente degradación de la democracia peruana. El vacío dejado por la crisis de representación fue llenado por sectores socioeconómicos que crecieron en los márgenes del Estado de derecho y que aprendieron a perforarlo. La consecuencia de esta combinación es denominada por los editores como una democracia asaltada.

El libro está compuesto de cinco secciones. La primera abarca el asalto a la democracia a nivel subnacional. Daniel Encinas examina cómo se constituyó un autoritarismo competitivo en el Callao y Ancash a través de los vínculos entre lo legal y lo ilegal, que terminó perforando el Estado de derecho. Mauricio Zavaleta analiza la evolución de los proyectos políticos de Puno, sobre todo de Juliaca, desde los años 60 hasta la actualidad. Sostiene que si bien, como consecuencia de la reforma agraria, la oferta electoral se democratizó en términos sociales (los tradicionales candidatos hacendados dieron paso a candidatos de origen campesino e indígena); no obstante, en términos políticos, la descomposición gremial y partidaria en Puno condujo a un temprano vaciamiento de la representación. Puno tuvo políticos más representativos socialmente, pero con organizaciones frágiles, fragmentados en candidaturas independientes, sin poder constituirse en clase dirigente. Moisés Arce y Andrea Segovia examinan por qué unos gobiernos regionales son más corruptos que otros. Sostienen que la baja calidad de la representación partidaria explica los incentivos para la corrupción en gobiernos regionales, mientras que la distribución de rentas de recursos naturales constituye una oportunidad para la corrupción subnacional. Para ello comparan las consecuencias diferentes de la fragmentación política en los gobiernos regionales de Moquegua y Ancash.

La segunda sección cubre el asalto a la democracia a nivel nacional. Yamilé Guibert analiza el acelerado deterioro democrático en el período 2016-2021. Sostiene que la dinámica conflictiva de este quinquenio es consecuencia tanto de cambios graduales en la competencia política y la distribución del poder en el Estado desde la transición democrática de 2001, como de eventos contingentes (la victoria electoral de Pedro Pablo Kuczynski y las revelaciones del caso Lava Jato). Rodrigo Barrenechea y Daniel Encinas ponen en evidencia que, a pesar de los esfuerzos por presentarse como muy diferentes, los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte tienen como rasgos comunes el vaciamiento de la representación y la perforación del Estado de derecho. Lo primero se aprecia en la fragmentación y circulación del poder, la improvisación y personalismo político, y la desconexión entre políticos y sociedad. El segundo rasgo se observa en el favorecimiento de intereses particulares y la manera de operar desde los márgenes de la ley. Ambos rasgos son analizados tanto en la campaña como durante sus respectivos mandatos.

La tercera sección examina el rompimiento de vínculos políticos. Omar Coronel estudia la dimensión social del vaciamiento democrático desde la fragmentación de las identidades políticas negativas, identidades que no se cohesionan en torno a la adhesión sino al rechazo. Son los casos de las divisiones internas en el antifujimorismo y la derecha conservadora; pero más allá del activismo político, también se aprecia en la sociedad y explica por qué ningún bloque político consigue aglutinar un importante respaldo público. Este fenómeno es denominado por Coronel como la “fragmentación de los odios”. María Claudia Augusto Meléndez y Aarón Quiñón analizan la radicalización de la derecha en relación con dos procesos, el vaciamiento democrático en el Perú y el avance de la derecha radical en el mundo. La fragmentación electoral, la polarización política y los débiles vínculos entre partidos y sociedad habrían permitido que ciertos sectores de la derecha -antes marginales, pero luego con alguna capacidad de movilización- tengan acogida. Este proceso confluyó con la recepción de narrativas y tácticas propias de la derecha radical global.

La cuarta sección se concentra en la perforación del Estado de derecho. Shanna Taco y Gonzalo Oyola exponen la influencia de algunos intereses económicos en la política. Se concentran en el problema del financiamiento electoral a nivel nacional y subnacional, y sus consecuencias para el futuro de la democracia. José Alejandro Godoy hace un extenso repaso de los intentos del poder político de controlar o influir en Poder Judicial y organismos constitucionalmente autónomos desde el primer gobierno de Alan García. Zaraí Toledo Orozco analiza cómo los grupos extractivistas informales han acumulado poder integrando económicamente a sectores excluidos, cómo se han constituido en competidores subnacionales del Estado para establecer un orden social, cómo han logrado extender su influencia dentro de la política formal; pero también de qué manera esta competencia es al mismo tiempo una oportunidad para que el Estado tome conciencia de sus desaciertos y conozca mejor el contexto que pretende regular. Omar Manky y Nataly López examinan la universidad como otro escenario del vaciamiento democrático. Revisan la complicada lucha por la regulación estatal de la educación universitaria y la contrarreforma impulsada por intereses particulares extrauniversitarios.

La quinta sección, a cargo de los editores, sirve de conclusión general. El fenómeno de descomposición de la democracia es contemplado a la luz de la historia política nacional y el contexto latinoamericano. En la trayectoria local el Perú se revela como un país que históricamente le ha costado mucho trabajo consolidar instituciones, y con ello democracia; pero esta descomposición democrática no desemboca en un régimen duradero, sólido, fuerte. Por otro lado, en comparación con la región el Perú no es el único país que padece de un Estado de derecho perforado y una representación política vaciada de contenido. El Perú es un caso extremo donde los dos problemas confluyen, mientras que en otros países solo tienen que lidiar con uno.

El libro llega en un momento oportuno y necesario. Se requiere entender cómo las instituciones han podido ser copadas por actores políticos sin trayectoria, improvisados, carentes de respaldo público, qué circunstancias han jugado a favor de este proceso, qué se pudo hacer en su momento y desde esa retrospectiva qué se puede hacer ahora. Para los editores, el Perú es un caso peculiar de erosión democrática (democratic backsliding) que no ha terminado en una dictadura convencional sino en la disolución del propio poder, el desgobierno, la ausencia de liderazgo, el escenario propio para el asalto a la democracia por parte de actores inexpertos y escasamente representativos (p. 13). Barrenechea reconoce que la inspiración para la elaboración de este trabajo llegó durante el breve gobierno de Manuel Merino (Ernesto Félix Elías, 2024, 2m8s). Efectivamente, se trató de un gobierno surgido de la vacancia presidencial de Martín Vizcarra y que, a pesar de ser señalado como una dictadura por sus detractores, no fue capaz de sostenerse mucho tiempo. El Perú ciertamente es un escenario de descomposición democrática, pero con la extrañeza de no dar lugar a un autoritarismo consolidado y duradero.

Los trabajos son además una invitación a continuar la discusión. Por ejemplo, el estudio de la radicalización de la derecha puede ser acompañado por un análisis de la disposición autoritaria dentro de la izquierda. Después de todo, en su momento, un sector de la misma fue bastante claro en sus pretensiones de cerrar el Congreso por la vía de una Asamblea Constituyente. Así mismo, el análisis de la fragmentación de los odios en relación con la campaña del 2021 es tan necesario como un estudio de la atemperación, si no reconciliación, de esos odios en reacción a los procesos iniciados por el Ministerio Público y las investigaciones de la prensa.

No obstante, sería un error entender el libro solo como un análisis de coyuntura. Los autores analizan la peculiaridad política del Perú reciente, pero a la luz de una larga trayectoria. Solo así se puede comprender qué funcionó y qué fracasó en el período posfujimorista denominado con entusiasmo como “recuperación de la democracia”.

 

Referencias

Datum Internacional S.A. (2024). Estudio de opinión pública. Popularidad + Seguridad. Noviembre 2024. https://www.datum.com.pe/new_web_files/files/pdf/Encuesta%20DATUM%20-%20Noviembre%202024%20-%20POPULARIDAD%20+%20SEGURIDAD_241118012250.pdf

Hurowitz, Noah (2024, 23 de octubre). “Meet the World’s Least Popular President”. The Intercept. https://theintercept.com/2024/10/23/peru-president-dina-boluarte-rolexgate/

Instituto de Estudios Peruanos (2024). Informe de opinión de noviembre de 2024. https://iep.org.pe/wp-content/uploads/2024/11/IEP-Informe-de-opinion-noviembre-2024-informe-completo.pdf

Ernesto Félix Elías. (28 de julio del 2024). LA DEMOCRACIA ASALTADA – FIL 2024 – RODRIGO BARRENECHEA 27/07/2024 [Archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=VuILCtOl5vs